actualizado en Septiembre 2011
Aquí tenéis mi trabajo sobre los seres mitológicos Cantabros. La verdad es que me ha llevado bastante trabajo perfeccionar lo aquí descrito. Cantabria es rica en mitos, seres y leyendas, de momento vamos a conformarnos con los seres. Que disfrutéis. Esta es una petición de una seguidora de la pagina, deseo sea de tu agrado.
El ser más diabólico, cruel y fiero de la mitología cántabra sin duda es el Ojancano. Atormenta a los niños y atemoriza a los hombres. Solo sale de su guarida de noche, cuando nadie puede verle, para buscar comida y asustar a los inocentes o quien sabe que. Su cabeza es enorme al igual que su cuerpo y tiene un solo ojo en medio de la frente, el ojo que todo lo ve, es agudo y su mirada siniestra, está llena de odio y rabia. Tiene una gran barba que le cubre toda la parte delantera de su cuerpo y en ella un gran mechón blanco, el único punto débil del Ojancano, ya que el que consiga arrancársela, matará al gigante en el acto. Es tan alto que parece un gigante, Sus pies siempre van descalzos, además de ser enormes en cada uno de ellos tiene 10 dedos acabados con uñas tan fuertes y afiladas como el acero.
Se dice que Ojancano vive en un castillo pero otros dice que vive en una cueva muy apartada y de poca
accesibilidad, para que nadie le encuentre. Pero no vive solo, vive con la Ojancana, muy parecida a el pero en cambio tiene dos ojos, llenos de legañas y no tiene barba, incluso cuentan que ella es mucho más fiera que el si cabe. La boca de Ojancano es muy grande y en ella pueden distinguirse dos colmillos tan afilados como navajas. De la Ojancana destacan sus grandes y rojizos pechos que le llegan hasta la barriga. En realidad no se sabe por que tiene pechos ya que estos son símbolo de maternidad y ninguno de los dos tiene sentimientos, son muy sanguinarios. El plato preferido de los dos, son los niños que se quedan extraviados en el bosque.
Se cuenta que el es responsable de todos los destrozos, cuando esta enfadado derriba árboles con tan solo dar una patada, roba ovejas y vacas y le gusta cruzar árboles en las carreteras para que nadie pueda acceder a la montaña. No se sabe cuantos Ojancanos u Ojancanas viven en las montañas cántabras pero todas las cavernas que hay en ellas llevan su nombre. Lo único que puede ayudar a un hombre a zafarse de ellos son las anjanas o los duendes que también viven en las montañas diciendo:
"Ojalá te quedes ciegu, Ojáncano malnacíu, pa arrancarte el pelo blancu y te mueras maldecíu. “
La Anjana es una preciosa ninfa de ojos brillantes normalmente azules o negros, de mirada serena y tierna. Su pelo suele ser o color oro o azabache y siempre lo lleva adornado por cintas de colores y coronas de flores del bosque y llega a medir unos 50 centímetros. Su voz el cálida y suave, el sonido es dulce como el canto de un pájaro, además tiene unas alitas casi invisibles de lo pequeñas que son y es que también son trasparentes, al ojo humano son imperceptibles. Viste una túnica blanca con una capa azul, aunque en invierno es negra y siempre le acompaña un brebaje para cuidar a los enfermos y su vara de color verde con una estrella en la punta que brilla todos los días, cada día de un color. Vive en cuevas o detrás de los manantiales, sus casas son palacios recubiertas por oro y plata llenas de riquezas para dar a los más necesitados. Se alimentan de miel y de los frutos que les bosque les ofrece La Anjana llega a vivir cuatro siglos y dicen que después se va al cielo para no volver además es capaz de hacerse invisible o trasformarse en lo que ella quiera. Se dedica a premiar a todo aquel que sea bueno y generoso con los demás pero también cuida enfermos y da de comer a los pobres. Bendice los bosques, las aguas, los árboles pero sobretodo cuida a todo aquel que se pierda en el bosque ya que ella es la encargada de hacer frente al desalmado Ojancano y Ojancana sin ellas no estuvieran todo sería un caos de desastre y destrucción. Por las noches pasean por el bosque y los poblados dejando regalos en las puertas de las casas donde la gente es muy pobre.También castigan a los que hacen el mal y a los que desobedecen sus órdenes, pero ellas también pueden ser castigadas cuando se enamoran de un mortal, es como no querer al ser tan maravilloso que son. Cuentan de ellas que se reúnen en el comienzo de la primavera en los altos pastos de los montes y danzan hasta el amanecer asidas de las manos en torno a un montón de rosas que más tarde esparcen por los caminos. Aquel que encuentre una de estas rosas de pétalos rojos, verdes y amarillos será feliz hasta la hora de su muerte. Cuentan que una moza de Carmona que se le apareció una anjana con el pelo suelto, largo y castaño, con picaya en la mano, con zapatos de piel parda, vestido ligero y parecido a la gasa blanca, Ojos verdes y con corona de flores en su delicada cabeza, bajita y bien parecida:
"Anjana de la compasión
alíviame el corazón
dame un pocu de consuelu
del que diz bajas del cielu
dame un pocu de alegría
en las horas de esti dia
dame un pocu de la miel
y haz de la pena estiel
Anjana de la güena suerti
las mis penas son de muerti
dame tu la bendición
y aliviame el corazón."
Los caballucos del diablo renacen cada noche de San Juan a las 12 en punto, en un estallido ensordecedor provocado por haber estado todo un año encerrados. Del estallido sale mucho fuego y humo, como si se tratase de un grito infernal, sacado de las entrañas de la tierra. Estos tienen alas parecidas a las de las libélulas, con ellas vuelan por las noches buscando en los bosques tréboles de cuatro hojas y flores de agua, para que ningún humano se haga con ellos y así arrebatar la fortuna de aquel que lo encuentre. Cuenta la leyenda que los caballucos del diablo eran siete y cada uno de ellos representaba un color, siendo el rojo el jefe de manada y el diablo: rojo, blanco, negro, azul, verde, amarillo y naranja. El rojo el primero era el más fuerte, el más grande, el más robusto, ese era el jefe que dirige al resto de los caballucos en su misión de búsqueda. Cuando andan por el bosque su pisada es tan fuerte que van dejando huellas en forma de herradura.
La memoria popular señala a que estos caballos provenientes del infierno, en realidad eran hombres que por sus pecados perdieron su alma y se vieron obligados a recorrer Cantabria por el resto de la eternidad. El caballo rojo era un hombre que prestaba dinero a los labradores para después embargar sus propiedades con sucias artimañas; el blanco era un molinero que robaba muchos sacos del molino de su señor; el negro era un viejo ermitaño que engañaba a la gente; el amarillo era un juez corrupto; el azul, un tabernero; el verde, un señor de muchas tierras que deshonró y se aprovechó de muchas jóvenes y el naranja era un hijo que por odio pegaba a sus padres.
Cuando ya se acerca el día están terriblemente cansados y una baba muy densa cae de sus bocas pero cuando llega al suelo se convierte en oro. Quien a la mañana encuentre esas barras de oro, no volverá a procurarse de su vida ya que la fortuna y la suerte lo acompañará, pero toda magia requiere un pago, en vida será afortunado pero cuando muera su alma irá al infierno y su alma estará condenada para la eternidad.
La memoria popular dice a ver visto alguno.
El Culebre es el dragón de la mitología Cántabra. Cuentan sus leyendas que vive en una cueva situada en los acantilados de San Vicente de la Barquera. Se dice que el culebre después de tantos años de longevidad no tiene los mismos poderes que antaño. Aunque en la noche de San Bartolomé sale de su cueva con sus poderes muy elevados, provocando olas muy altas y vientos huracanados. Cuenta la leyenda que antiguamente el culebre exigía a las gentes del pueblo como tributo una doncella virgen para devorarla. Una vez una de las doncellas ante tal cruel muerte invocó al Apóstol Santiago para que la salvara. El Apóstol apareció y le clavo una lanza en el pecho , el dragón soltó una bocanada de fuego y azufre por la boca y retorciéndose de dolor humillado y herido se metió en su cueva para no volver a pedir nada a las gentes del lugar.
Se trata de unos enanos que viven en los troncos de los árboles. Son buenos, ayudan a todo aquel que lo necesita, son muy amigos de las anjanas y suelen mantener conversaciones sobre sus culturas. Su nombre viene por que saben tocar el bígaro, un instrumento musical de viento parecido a una concha de mar. Son muy bondadosos pero si alguien les engaña pueden llegar a ser muy muy crueles y vengativos con la persona. Cuenta la leyenda que existe un enano muy malo que vive en los montes de Iguña que habita junto a una colina llamada Lindalaseras. Se dice de este que por la noche se dedica a corromper el agua de las fuentes llenándolas de escorpiones. Por la mañana atrae a los jóvenes y a los pastores, con bonitas palabras les habla para que dentro de la fuente se sumerjan y así pasados los días se vuelvan personas malas, tristes para acaban muriendo.
NUBEROS
Los nuberos son genios muy traviesos y se les llama así por que van montanos en nubes grises que ellos mismos gracias a su magia son capaces de crear. Les divierte crear tormentas para asustar a los animales y crean el granizo para destrozar las cosechas de los humanos. Estos están bastante gorditos y su cara es muy maliciosa. También pueden crear rayos y si se sienten amenazados por algo o alguien no dudan en utilizarlos contra quien sea. Los nuberos son traviesos por naturaleza e incluso en ocasiones se juntan muchos para crear una gran nube gris y así desatar una gran tormenta solo para divertirse.
Esta es la famosa mujer-osa de la mitología cántabra. Se llama Osa de Ándara por que vive en dicha región donde disfruta asustando a los habitantes del lugar. Habita en el Grajal y Mancodio en verano y en las cavernas de la entrada al desfiladero de la Hermida conforme se va acercando el invierno. Cuando llega el frío y las nieves se vuelve a Ándara. Su cuerpo está cubierto de pelo, su cara también pero lleva ropajes que se dice que es piel de cabritilla. Es muy fuerte y muy arisca y no duda en atacar a todo aquel que la moleste o enfurezca. Cuentan que siempre roba un rebeco recién nacido, que lo cría y no se lo come hasta que tiene otro. También tiene rebaños de ovejas que va robando a los pastores y va alimentándose de ellas cuando lo necesita, pero también se alimenta de maíz, castañas, leche y raíces varias.
Este es el duende sexual de la mitología cántabra ya que con una mandrágora en la mano se acerca a las muchachas más puras para pervertirlas acariciarlas con la planta y así volverlas “alegres y apasionadas”. Se dice de este duende que es ayudado por la diablesa lujuria Masabakes, esta le índica el lugar donde cometer sus fechorías, le elige las víctimas y le transporta allí para que las cometa. Es un duende pequeñajo, con la piel muy pálida, que lleva una boina y un traje rojo. Cuando van a cometer sus fechorías se vuelven invisibles gracias a la ayuda de Masabakes.
MASABAKES
También conocida con los nombres de Sitry, Bitru y Gomory. Toma la apariencia de una mujer de belleza inhumana, de cuerpo perfecto permanentemente desnudo. Su única deformidad es poseer la lengua bifida en su boca. Masabakes básicamente es una diablesa de la lujuria y de los pecados relacionados con todo lo sexual. Señora de los incubos y súcubo.
Cuenta la leyenda que Masabakes se enfrento al mismo rey Salomón, para impedir que construyera el templo de Jerusalén. Salomón consiguió vencerla y encerró su espíritu en una botella, la cual arrojo al interior de un pozo. Lilith, para rescatarla, tuvo que introducirse en la corte judía seduciendo al rey, Pero consiguió engañar a unos babilonios para que bajaran al pozo, les dijo que allí abajo había un gran tesoro y que solo abrir una botella que había, todo los tesoros del mundo se les representarían. Y así lo hicieron.
El zahorí es un duende muy menudito, con la piel morena, rubio, de ojos negros y nariz larga y afilada. Viste una zarrarra roja y le encanta ir de un lado para otro corriendo. Su voz es muy ronca, parece que siempre esta enfadado, pero no es así tiene una risa muy graciosa y burlona. Este es el duende de las causas perdidas, ya que cuando algún humano pierde algo, le pide ayuda diciendo:
Duende, duende, duendecito,
una cosa yo perdí;
duende, duende, duendecito,
compadécete de mí.
Este al ver que alguien pide ayuda se acerca a ayudarle, pero con tranquilidad y dando mucho rodeo a la cosa perdida, si ve que el humano se pone nervioso deja de ayudarlo y escapa corriendo con el objeto perdido con el fin de entregárselo a otra persona. Por eso la gente en Cantabria le llama “Buscador milagroso o duende de las causas perdidas”.
TRENTIS
Este es el duende bromista de la mitología cántabra. Su piel es de color negro, sus ojos son verdes y su piel esta cubierta de hojas y musgo. En verano viven en los árboles y en invierno viven en las torcas. Les gusta esconderse en los arbustos y matorrales para pasar desapercibido y poder hacerle jugarretas a las muchachas como por ejemplo arrancarles la falda. Se alimentan de hojas y endrinas pero no pueden beber agua ya que para ellos es mortal. Cuenta la leyenda que son duendes pero a diferencia de los trasgus, estos ayudan a los humanos sin que ellos lo sepan, pero a quien realmente les gusta ayudar es a los ancianos que se pierden en el bosque o a los pastores que son sorprendidos en la montaña por la tormenta y pierden al ganado. Estos reunen al ganado perdidos para que vuelva con su dueño pero también ayudan a todo aquel que haya sido atacado por el Ojancano u Ojancana.
VENTOLINES
Estos los son lo contrario a los Nuberos. Siempre están dispuestos ayudar a la gente que realmente lo necesita, sobre todo a los viejos pescadores que son incapaces por sus propios medios de conseguir llegar a la orilla en medio de una tormenta, entonces el pescador entona esta canción “Ventolines, ventolines,
ventolines de la mar:
este viejo está cansado
y ya no puede remar.”entonces estos bajan de las nubes y provocan una suave brisa para poder ayudarles, además también protegen del frío a los pescadores arropándoles con sus grandes alas, e incluso hay veces que ayudan a los pescadores a meter en el barco los peces capturados. Los ventolines son genios buenos, simpáticos, tienen cara de Ángel, sus ojos son blancos como la nieve y tienen unas grandes alas de color verde.
TRASGUS
Estos duendecillos son muy traviesos y al contrario que los trentis estos hacen enfadar al humano escondiendo todo lo que pillan a su paso, pero al igual que los trentis, tienen la piel negra, los ojos verdes y para que nadie les vea visten sus cuerpos con hojas y musgo.
TRASTOLILLO
Duende que vive con los humanos y como los trasgus no hace más que travesuras, pero este cada vez que las hace emite un lloriqueo y una risa muy malvada.
EL ARQUETU
Hablamos de otro justiciero, un hombre mayor con túnica blanca y barba roja, en la frente lleva una cruz de color verde rodeada de llaves y candados pintados. Siempre camina muy despacio, no se mete con nadie, si nadie se mete con el pero su misión es ayudar a los demás. No soporta que los humanos se gasten el dinero de forma desmesurada y cuando alguien a perdido todo este le ayuda, abre su cofre y le ofrece unas monedas de oro para poder vivir, pero si este vuelve a caer en la misma tentación de gastárselo donde no debe, arquetu le castiga de por vida a vivir en la calle y pedir limosna.
LA REINA MORA
Cuenta la leyenda que una moza está sepultada en la Cueva de la Reina mora desde hace cientos de años, por culpa de un encantamiento. La cueva es de techo alto, tiene estalagmitas con formas preciosas una de ellas forma el perfil de una mujer. Se cree que el sonido que allí dentro hay, son los llantos de los moros allí enterrados y de los lloros de la Reina Mora.
LA MONUCA
A este animal solo lo conoces los cantabros, se parece a la garduña pero su cabeza es blanca como la de una oveja, pero es resto es de varios colores. La Monuca es hija de un gato montés y una garduña. Es un animal muy fiero, despiadado, nada más nacer se escapa de su madriguera, para días más tarde atacar desprevenida a su madre para comérsela, pero el gato montés saldrá en su busca, busca que no parará hasta matarla.
LA SIERPE DE PEÑACASTILLO
Cuenta la leyenda que este ser mitad hombre mitad serpiente es el guardián de un tesoro valiosísimo en una cueva de Peñacastillo. Se cuenta que el monarca más poderoso de Europa Felipe II, creyó que en la cueva había un gran número de joyas y perlas, pero como estaba custodiada por dicho ser, pago una carísima expedición al lugar y contrató aun mago italiano de muy reputación para que embrujara al monstruo y llevaran el tesoro, pero no se consiguió nada, ya que el mago salio corriendo nada más ver al guardián.
EL MUSGOSO
Al musgoso todo el mundo le quiere y le respeta, ya que siempre, incondicionalmente solo ayuda a los humanos, les alerta de peligros tales como del ojancano, de otros seres mitológicos malignos o de la misma naturaleza y sus acechos.
Es un hombre alto, desgarbado, pálido, siempre va con un lento caminar, viste una zamarra de musgo seco, sandalias y un zurrón que contiene su fabulosa flauta, flauta con la uqe entretiene al humano o le sirve para alertar de cualquier peligro, aunque a veces utiliza, su bonito silbar o tira piedras monte abajo, cuando pasa eso, los humanos y sus ganados se ponen al resguardo de lo que pueda suceder.
LA SIRENUCA
Esta es una preciosa chica que siempre trepaba por los acantilados, por los sitios más peligrosos de Castro Urdiales hasta que una maldición cayó sobre ella. Se convirtió en sirena y sube hasta lo más alto para cantar al compás de las olas.
EL HOMBRE-PEZ
Cuenta la leyenda que un muchacho que vivía en Liérganes, tenía tanta obsesión por el agua que se pasaba los días sumergido en el río Miera, además le encantaba coger pececillos que llevaba a su casa y pasaba horas y horas mirándolos como comían, como nadaban, como se mantenían sobre el agua sin ahogarse, ya que el no aguantaba más de un minuto bajo el agua. Incluso llego a cambiar sus hábitos alimenticios y realizaba experimentos descabellados bajo el agua. Pero una noche de San Juan como es tradición en Cantabria, fue a bañarse al río y desapareció en la corriente del río, convirtiéndose en mitad hombre mitad pez. Pasados los años unos pescadores en Cádiz capturaron en la redes al hombre-pez, pero este no paraba de repetir el nombre de Liérganes, los pescadores le llevaron a su pueblo pero añoraba tanto el mar que se volvió a marchar, en busca del mar cantábrico. Quien sabe si algún día algún pescador le encontrará…
LANTARÓN
El rey del mar, o en este caso el rey del mar que baña las costas cántabras. Su cuerpo es muy parecido al humano pero en realidad da miedo verle. El que lo ha visto cuenta que su cabeza es ovalada, sus pies muy grandes con membranas, su piel es verdinegra y brillante, sus manos muy grandes y tiene el cuerpo robusto y musculoso. Este ser solo se alimenta de pulpos que con sus propias manos arranca del fondo del mar, después los golpea contra las rocas e inmediatamente después los come tranquilamente, observando su reino, el mar. Su hobby es sentarse en el suelo cuando es la bajamar, recostarse en las rocas y observan el vaivén de las olas. Siempre lleva consigo una vara de saúco, un árbol sagrado de cuyas bolas negras mezcladas con leche de sirena, hace una pócima para tomarla de noche, ya que consigue poderes sobrenaturales y hacerse fluorescente.
EL CUEGLE
Como ya sabemos las Anjanas son, dulces, bondadosas, buenas, pero haya algunas que presas de una maldición se vuelven tan malas como el mismísimo diablo. Cuenta la leyenda que cada treinta años se reúnen para copular con osos y al cabo de 20 meses paren un ser muy extraño y monstruoso llamado cuegle. Imaginarse al cuegle es bastante difícil pero he aquí su descripción: Su cuerpo es de animal pero camina erguido, su cabeza es grande y tiene un cuerpo en mitad de la cabeza, tiene tres ojos en la cara uno rojo, otro verde y otro azul ,sus cabellos están enmarañados, tan grueso es, que parecen hierbajos. Tiene tres brazos y manos muy grandes aunque no posee dedos, como tiene tanta fuerza en ellas se convierten en autenticas apisonadoras. Lleva un collar rojo que por la noche parece tener en el cuello un aro de fuego. Es un depredador muy sanguinario, tiene unos dientes tan grandes y afilados que parecen cuchillos, mata animales a placer y les arranca para piel para después vestirse con ella, se dice que tiene cinco estómagos, es insaciable. Es muy cruel y despiadado, le gusta robar a niños, pero también a bebes de cuna, pero ojo solo a los bebes que en su cuna no tienen a modo de amuleto una ramita de acebo o roble, este al entrar en la habitación y olerlo, sale espantado y con los pelos de punta del olor tan asqueroso que desprende.
LA SIRENUCA DE OJOS TURQUESAS
Cuentan las leyendas que las sirenas son malas con los pescadores, que cantan para que estos tengan un accidente en el mar, pero no es así, estos hermosos seres cantan a sus amados los tritones, mitad hombre mitad pez, al igual que las sirenas mitad mujer mitad pez. Lo que no le gusta a las sirenas es cuando los pescadores cantan o silban, creen que es una ofensa para ellas ya que su canto no se oye, por eso se sumergen en el mar y crean remolinos alrededor del barco pero solo para asustarles. Si un pescador captura a una sirena, este recibirá una recompensa de Lantarón, el rey del mar cantábrico, el mejor regalo casarse con ella. Para convertirla en toda una mujer debe besarla inmediatamente y su cola se convertirá en una preciosas piernas. Solo hay una manera de romper este hechizo y para que la mujer no se vuelva a convertir en sirena su marido debe esconder su preciado espejo de nácar para que ella nunca lo encuentre, si eso sucedería la mujer se convertiría de nuevo en sirena al ver su imagen reflejada en el espejo.
Cuenta la leyenda que esto mismo fue lo que le ocurrió a la sirenuca de ojos turquesas. La preciosa sirena fue captura y besada por un pescador de Castro Urdiales. A la mujer le encantaba mariscar por los cantiles más peligrosos y cantar al ritmo que las olas rompían, pero un día sin querer al arrancar un erizo rojo de la piedra descubrió una bolsita que contenía su amado espejo y al verse reflejado en el, el hechizo se rompió y volvió a convertirse en sirena, lo que siempre había sido. Cuentan que el pescador desesperado por quedarse sin ella se arrojó al mar desde lo más alto, muriendo en el acto por el golpe contra las rocas. Antes de morir maldijo a Lantarón y a todos las sirenas.
Estas criaturas son muy graciosas, revoltosas y muy glotonas ya que siempre están robando en las casas de los humanos comida o en las colmenas la miel para después hartarse a beber agua de las fuentes y tumbarse en el suele hasta que de nuevo les entre hambre o ganas de hacer travesuras. Se dice que siempre van desnudas y que tienen uno de los pechos bastante más grande que el otro, el derecho que siempre llevan colgando al hombro.
Es un animal un tanto raro, un poco imposible de imaginar ya que tiene cuerpo de serpiente negra, rayada en tonos verdes, pero tiene cabeza de jabalí. Sus grandes ojos son amarillos y su boca muy afilada, ya que con ella crea agujeros muy parecidos a los de los topos. Este animal crece cada cien años y es perfecto para encontrar tesoros. Además su piel tiene propiedades curativas ya que se dice que con ella se puede curar cualquier enfermedad.
Estos son unos gusanos malignos que solo pueden cogerse en noche de luna llena bajo los helechos. Se deben de meter en un alfiletero para que le otorguen a su amo todos los poderes extraordinarios. Para no caer en sus malvados encantos se debe llevar una bolsita con "el rézpede de coliebra" así no podrán hacer daño. Ya que poseen dotes hipnóticas. Los Mengues devoran carne y si no comen al día una cantidad determinada de carne, devoran a su dueño, son como sanguijuelas.
Hablamos de un ave un tanto insólita porque en realidad no es un ave si no un chiquillo cántabro que fue maldecido por su madre. El niño no quería ir al colegio, además era muy malo y desobediente, solo se aprendió la letra “p” y la “q”. Un día fue convertido en cuclillo, pero en vez de decir todo el día cu-cu dice pe-cu, por eso su nombre. El pecu es un pájaro de cuenta y tras anunciar la primavera el sabe que moza se casará y cual no, aunque le gusta hacer daño a los humanos, sobre todo a las mujeres y a muchas de ellas las castiga con la soltería. Al comenzar la primavera el pecu viene a Cantabria a realizar “su trabajo” y para ello las mozas van al monte buscan al pecu y cuando esta posado en un árbol estas con voz dulce le dicen:
Pecu, pecu, pecu,
Colita de escoba
Cuantos años faltan para mi boda?
Estas con los ojos cerrados esperan la respuesta, si son dos pecu le quedan dos primaveras pero si son más de 5, puede ser que sea en 5 primaveras o nunca. A veces puede llegar a cantar hasta más de veinte, la moza desesperada vuelve a su casa para que la consuele su madre. Esta le dice que mañana vuelva que seguramente que el pecu se a equivocado y sabemos que puede ser ya que nunca aprendió a contar y odia a las mozas.
Esta es la bruja Cántabra por excelencia, es inofensiva, su cuerpo está curvado ya que es bastante anciana. Le gusta pasar las noches montada en su escoba de oro y plata que por mucho que el barro la salpique nunca se mancha ya que es mágica. Lleva una capa de color rojo y su vestido es de piel de comadreja, de esta guisa sobrevuela los cielos por la noches, haciéndose invisible cuando los ojos de algún humano se posan sobre ella.
Cuenta la leyenda que cerca de Suances hay una gruta y dentro de ella hay una bolera soterrada que es de oro. Se dice que allí las brujas se reinen para realizar sus aquelarres y para volar todas hacia Cernégula, cantando todas al unísono:
De la cueva de ongayo
salió una bruja
con la greña caída
y otra brujuca.
Al llegar a Cernégula
¡Válgame el cielo!
un diablo cornudo bailó con ella.
Por el redentor
por Santa María.
¡Con el rabo ardiendo!
Estos simpáticos seres marinos viven en la costa cántabra, son como niños pequeños y les gustan los humanos, pero sobre todo de los pescadores. Les encanta jugar con las olas y montarse en ellas sin llegar a hundirse, pero su juego favorito es jugar con la espuma que forman las olas cuando van a romper, de ahí su nombre. No se suelen alejar mucho del mar ya que es su lugar favorito, pero les gusta mucho adentrarse en el bosque en busca de flores para hacer collares para las sirenas, estas a modo de agradecimiento les regalan caracolas. Con las caracoles suben al alto de la montaña y si avistan tormenta, las hacen sonar con tal fuerza que todo los pescadores oyen la llamada de alarma y vuelven a puerto para no tener accidentes con sus barcos. También son capaces de ayudar a los agricultores, cuando la lluvia es escasa y sus cosechas están a punto de perderse, los espumeros corren al mar a llenar sus caracolas de agua para rociar los campos y salvar las cosechas.
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